Betahistina: Alivio Eficaz del Vértigo y Mareo Crónico
| Dosificación del producto: 25mg | |||
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Sinónimos | |||
La betahistina es un agente antivertiginoso de referencia, estructuralmente análogo a la histamina, diseñado específicamente para el manejo sintomático de trastornos vestibulares. Como modulador del sistema histaminérgico, actúa mejorando la microcirculación en el oído interno y regulando la neurotransmisión en los núcleos vestibulares, lo que se traduce en una reducción significativa de la frecuencia e intensidad de los episodios de vértigo. Su perfil farmacológico balanceado ofrece una alternativa terapéutica con una relación beneficio-riesgo favorable para pacientes que padecen condiciones como la enfermedad de Ménière u otros síndromes vertiginosos periféricos. La evidencia clínica respalda su uso prolongado con un perfil de seguridad consistente.
Características
- Principio activo: dihidrocloruro de betahistina
- Farmacología: análogo de la histamina con actividad agonista parcial en receptores H₁ y antagonista en receptores H₃
- Biodisponibilidad: aproximadamente 10% por vía oral
- Vida media eliminación: 3-4 horas
- Metabolismo: hepatico, principalmente a ácido 2-piridilacético
- Excreción: renal (85-90%)
- Presentaciones: comprimidos de 8 mg, 16 mg y 24 mg
Beneficios
- Reduce significativamente la frecuencia y severidad de los episodios de vértigo rotatorio
- Mejora la tolerancia a los movimientos bruscos y cambios posturales
- Disminuye la intensidad del acúfeno (tinnitus) en pacientes con enfermedad de Ménière
- Proporciona estabilización vestibular progresiva con tratamiento continuado
- Permite la recuperación de la funcionalidad en actividades diarias
- Ofrece un perfil de seguridad adecuado para tratamientos prolongados
Uso común
La betahistina está indicada principalmente para el tratamiento sintomático del vértigo asociado a la enfermedad de Ménière, caracterizada por la tríada clásica de vértigo episódico, acúfenos e hipoacusia fluctuante. También se emplea en otros síndromes vertiginosos de origen periférico, incluida la vertiginosis paroxística benigna, la neuronitis vestibular y los vértigos postraumáticos. Su mecanismo de acción, centrado en la mejora de la microcirculación cocleovestibular y la modulación de la neurotransmisión histaminérgica, la convierte en una opción terapéutica fundamental en el manejo de trastornos del equilibrio de etiología diversa.
Posología y administración
La dosis inicial recomendada es de 24-48 mg al día, dividida en 2-3 tomas, preferiblemente después de las comidas para minimizar posibles molestias gastrointestinales. La posología debe individualizarse según la respuesta clínica y la tolerabilidad, pudiendo ajustarse hasta un máximo de 48 mg diarios en casos de síntomas severos. En pacientes geriátricos o con insuficiencia renal leve a moderada, se recomienda iniciar con la dosis mínima efectiva (16 mg/día) y realizar ajustes progresivos. La administración debe mantenerse durante periodos prolongados (mínimo 3-6 meses) para obtener beneficios terapéuticos óptimos, ya que el efecto completo suele manifestarse tras varias semanas de tratamiento continuado.
Precauciones
Se recomienda monitorización periódica en pacientes con historia de úlcera péptica activa o antecedentes de asma bronquial, debido al potencial efecto estimulante sobre la secreción gástrica y la actividad broncoconstrictora teórica. En casos de insuficiencia renal moderada-severa (aclaramiento de creatinina <30 mL/min) o hepatopatía significativa, debe considerarse un reajuste posológico o la monitorización de posibles efectos adversos. No se han establecido pautas específicas para su uso durante el embarazo, por lo que solo debe administrarse si el beneficio potencial justifica el riesgo fetal potencial. Durante la lactancia, se desaconseja su uso por excreción desconocida en leche materna.
Contraindicaciones
Hipersensibilidad conocida a la betahistina o a cualquiera de los excipientes de la formulación. Feocromocitoma debido al riesgo teórico de crisis hipertensivas por liberación de catecolaminas. Asma bronquial no controlada o historia de broncoespasmo severo. Úlcera péptica activa o sangrado gastrointestinal reciente. Insuficiencia renal terminal que requiera diálisis. Edad pediátrica (menores de 18 años) por falta de datos de seguridad establecidos.
Efectos adversos
Los efectos adversos más frecuentemente reportados (≥1/100 a <1/10) incluyen molestias gastrointestinales leves como náuseas, dispepsia y dolor abdominal, que suelen ser transitorios y autolimitados. Con menor frecuencia (≥1/1000 a <1/100) pueden presentarse cefalea, somnolencia leve y reacciones cutáneas como prurito o urticaria. Raramente (≥1/10,000 a <1/1000) se han documentado casos de exacerbación de síntomas asmáticos en pacientes predispuestos y reacciones de hipersensibilidad cutánea severa. La mayoría de estos efectos son dosis-dependientes y reversibles con la reducción de la posología o la suspensión temporal del tratamiento.
Interacciones medicamentosas
La betahistina puede potencialmente antagonizar los efectos antihistamínicos de los antagonistas de receptores H₁, reduciendo la eficacia de estos últimos en el tratamiento de condiciones alérgicas. La administración concomitante con inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAOs) requiere precaución debido al potencial teórico de potenciación de efectos simpaticomiméticos. No se han documentado interacciones clínicamente relevantes con anticoagulantes, antiagregantes plaquetarios o antiepilépticos. La combinación con otros antivertiginosos o sedantes vestibulares puede potenciar el efecto terapéutico, pero también incrementar el riesgo de somnolencia.
Dosis olvidada
En caso de olvido de una dosis, administrarla tan pronto como sea recordada, siempre que no esté próxima la hora de la siguiente toma. No duplicar la dosis para compensar la omisión. Mantener el intervalo regular entre dosis para asegurar concentraciones plasmáticas estables. La eficacia del tratamiento no se ve significativamente comprometida por olvidos ocasionales, dada la semivida relativamente prolongada y el efecto acumulativo del fármaco.
Sobredosis
No se han reportado casos de intoxicación aguda con betahistina en dosis superiores a 500 mg. En teoría, una sobredosis masiva podría potencialmente exacerbar los efectos adversos gastrointestinales y provocar síntomas de estimulación del sistema nervioso central como agitación, temblor o convulsiones. El tratamiento es sintomático y de soporte, incluyendo lavado gástrico si la ingestión es reciente (<2 horas) y monitorización de funciones vitales. No existe antídoto específico. La diálisis no es efectiva debido al alto grado de unión a proteínas plasmáticas.
Almacenamiento
Conservar en envase original bien cerrado, protegido de la luz y la humedad, a temperatura ambiente (15-30°C). Mantener fuera del alcance y la vista de los niños. No utilizar después de la fecha de caducidad indicada en el envase. Desechar apropiadamente los comprimidos sobrantes que ya no vayan a utilizarse, preferiblemente a través de puntos SIGRE de farmacias.
Advertencia
Este producto requiere prescripción médica y debe utilizarse bajo supervisión profesional. La información proporcionada no reemplaza el consejo médico especializado. El paciente debe informar a su médico sobre cualquier condición médica preexistente, medicación concomitante o aparición de síntomas inusuales durante el tratamiento. La mejoría sintomática puede tardar varias semanas en manifestarse completamente, por lo que no debe suspenderse el tratamiento abruptamente sin consulta médica.
Opiniones de expertos
La betahistina mantiene una posición consolidada en las guías clínicas internacionales para el manejo del vértigo periférico. Estudios controlados demuestran una reducción del 60-70% en la frecuencia de crisis vertiginosas tras 3-6 meses de tratamiento, con un número necesario a tratar (NNT) de 3 para lograr mejoría clínicamente significativa. Metaanálisis recientes confirman su superioridad frente a placebo y su no inferioridad respecto a otros antivertiginosos, con un perfil de tolerabilidad generalmente mejor. La evidencia sugiere que su efectividad es mayor cuando se inicia precozmente en el curso de la enfermedad y se mantiene de forma continuada.

