Allopurinol

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Allopurinol: Control Eficaz de la Hiperuricemia y la Gota

El alopurinol es un fármaco hipouricemiante de primera línea, clasificado como inhibidor de la xantina oxidasa. Se prescribe principalmente para el manejo a largo plazo de la hiperuricemia asociada a afecciones como la gota, la nefrolitiasis por ácido úrico y en contextos oncológicos para prevenir el síndrome de lisis tumoral. Su mecanismo de acción se centra en interferir con la producción de ácido úrico, reduciendo así sus concentraciones séricas y urinarias. Este medicamento es fundamental en estrategias terapéuticas destinadas a prevenir complicaciones articulares y renales derivadas de niveles elevados de urato.

Características

  • Principio activo: Alopurinol
  • Presentaciones farmacéuticas: Comprimidos recubiertos de 100 mg y 300 mg
  • Clase terapéutica: Inhibidor de la xantina oxidasa (agente hipouricemiante)
  • Vía de administración: Oral
  • Biodisponibilidad: Aproximadamente del 90%
  • Metabolismo: Hepático, convertido en su metabolito activo, oxipurinol
  • Eliminación: Principalmente renal
  • Vida media: Alopurinol: 1–3 horas; Oxipurinol: 18–30 horas (puede prolongarse en insuficiencia renal)

Beneficios

  • Reduce y mantiene los niveles séricos de ácido úrico por debajo del punto de saturación (6,8 mg/dL), previniendo la formación de cristales de urato monosódico.
  • Disminuye significativamente la frecuencia e intensidad de los ataques agudos de gota con el uso continuado.
  • Previene la formación de cálculos renales de ácido úrico y la nefropatía por uratos.
  • Reduce el riesgo de daño articular permanente y la formación de tofos gotosos.
  • Es la piedra angular de la terapia de prevención del síndrome de lisis tumoral en pacientes oncológicos de alto riesgo.
  • Proporciona un perfil de dosificación conveniente, generalmente una vez al día, mejorando la adherencia al tratamiento a largo plazo.

Uso común

El alopurinol está indicado para el tratamiento crónico de la hiperuricemia en pacientes con gota, ya sea gotosa tofácea o con ataques recurrentes. Es igualmente vital en la prevención de la nefrolitiasis por ácido úrico y en la profilaxis de la hiperuricemia secundaria que puede ocurrir durante la terapia citotóxica para neoplasias malignas, como leucemias, linfomas y tumores sólidos sensibles a la quimioterapia, donde existe un alto riesgo de síndrome de lisis tumoral.

Dosificación y administración

La dosis debe individualizarse según la gravedad de la enfermedad y la función renal del paciente. El objetivo terapéutico es alcanzar y mantener un nivel de ácido úrico sérico por debajo de 6 mg/dL.

  • Adultos (gota e hiperuricemia): La dosis inicial habitual es de 100 mg una vez al día. La dosis puede aumentarse semanalmente en incrementos de 100 mg, según la respuesta y la tolerancia. La dosis de mantenimiento típica oscila entre 200 y 600 mg al día. En casos graves, se pueden requerir dosis de hasta 800 mg al día, divididas en 2-3 tomas (para dosis superiores a 300 mg).
  • Pacientes con insuficiencia renal: Se requiere un ajuste de la dosis. Una pauta común es: ClCr 10-20 mL/min: 100 mg/día; ClCr 3-10 mL/min: 100 mg cada 2 días; ClCr <3 mL/min: 100 mg cada 3 días. Se recomienda la monitorización de los niveles de oxipurinol.
  • Prevención del síndrome de lisis tumoral: La dosis en adultos suele ser de 600 a 800 mg al día, iniciándose 1-2 días antes del comienzo de la quimioterapia y continuando según sea necesario. La dosis pediátrica es de 200-400 mg/m² de superficie corporal al día, dividida en 2-3 dosis (máximo 600 mg/día).
  • Administración: Los comprimidos deben tragarse enteros con un vaso de agua, preferiblemente después de las comidas para minimizar posibles molestias gástricas. Es crucial mantener una hidratación adecuada (ingesta de líquidos de al menos 2 litros al día) para facilitar la excreción de uratos y xantinas.

Precauciones

El tratamiento con alopurinol debe iniciarse una vez que un ataque agudo de gota se haya resuelto completamente, nunca durante la fase aguda, ya que puede prolongar el episodio. Al inicio de la terapia, puede producirse un aumento transitorio de los ataques de gota debido a la movilización de uratos desde los depósitos tisulares; la coadministración profiláctica con AINEs o colchicina durante los primeros 3-6 meses puede mitigar este riesgo. Se debe realizar un hemograma completo, perfil hepático y renal de base y periódicamente durante el tratamiento, especialmente durante los primeros meses, para monitorizar posibles reacciones de hipersensibilidad o toxicidad hepática. Se debe usar con extrema precaución en pacientes con insuficiencia hepática o renal preexistente, requiriendo ajustes posológicos. Los pacientes deben ser informados sobre la importancia de la adherencia y de no suspender el medicamento abruptamente.

Contraindicaciones

El alopurinol está contraindicado en pacientes con hipersensibilidad conocida al alopurinol o a cualquiera de los componentes de la formulación. Su uso también está contraindicado en pacientes que hayan experimentado previamente una reacción cutánea grave (como el síndrome de Stevens-Johnson o necrólisis epidérmica tóxica) asociada a este fármaco. No se recomienda su uso durante el tratamiento con didanosina.

Posibles efectos secundarios

Las reacciones adversas pueden variar desde leves hasta potencialmente mortales.

  • Comunes (>1/100): Erupción cutánea maculopapular, náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal, cefalea, elevaciones asintomáticas de las transaminasas hepáticas o de la fosfatasa alcalina.
  • Poco comunes (<1/1000): Fiebre, malestar general, artralgias, leucopenia, trombocitopenia, eosinofilia, somnolencia.
  • Raras pero graves (<1/10,000): Reacción de hipersensibilidad grave al alopurinol (AHS), que puede incluir dermatitis exfoliativa, síndrome de Stevens-Johnson, necrólisis epidérmica tóxica, vasculitis, hepatitis, necrosis hepática, colestasis, insuficiencia renal intersticial, convulsiones. Cualquier aparición de erupción cutánea, ampollas, descamación, fiebre, escalofríos, dolor articular, ictericia o orina oscura debe motivar la interrupción inmediata del fármaco y la búsqueda de atención médica urgente.

Interacciones medicamentosas

El alopurinol presenta varias interacciones clínicamente significativas:

  • Azatioprina y Mercaptopurina: El alopurinol potencia enormemente los efectos y la toxicidad (especialmente mielosupresión) de estos fármacos al inhibir su metabolismo. La dosis de azatioprina/mercaptopurina debe reducirse a aproximadamente 1/4 o 1/3 de la dosis habitual.
  • Ciclosporina: Puede aumentar las concentraciones séricas de ciclosporina, incrementando el riesgo de nefrotoxicidad. Se recomienda monitorizar los niveles de ciclosporina.
  • Anticoagulantes cumarínicos (Warfarina): El alopurinol puede potenciar el efecto anticoagulante. Se debe monitorizar estrechamente el INR.
  • Didanosina: Contraindicada. El alopurinol aumenta significativamente las concentraciones plasmáticas de didanosina, elevando el riesgo de toxicidad (pancreatitis, neuropatía periférica).
  • Diuréticos tiazídicos y del asa: Pueden aumentar la concentración sérica de ácido úrico, pudiendo requerir un ajuste de la dosis de alopurinol. También pueden aumentar el riesgo de reacciones de hipersensibilidad cutánea.
  • Ampicilina/Amoxicilina: Aumenta la incidencia de erupciones cutáneas con la combinación.
  • Teofilina: El alopurinol puede aumentar las concentraciones séricas de teofilina. Se recomienda monitorizar los niveles y ajustar la dosis si es necesario.
  • Hierro: Se han reportado casos de acumulación de hierro en el hígado.

Dosis olvidada

Si el paciente olvida una dosis, debe tomarla tan pronto como lo recuerde, siempre que no esté cerca del horario de la siguiente dosis. En ese caso, debe omitir la dosis olvidada y continuar con el horario regular de dosificación. Nunca se debe duplicar la dosis para compensar la olvidada. La intermitencia en la administración puede provocar fluctuaciones en los niveles de ácido úrico.

Sobredosis

No existe un antídoto específico para la intoxicación por alopurinol. Los signos de sobredosis pueden incluir náuseas, vómitos, diarrea y mareos. En casos graves, puede observarse hepatitis aguda y función renal deteriorada. El manejo es de soporte e incluye la descontaminación gastrointestinal si la ingestión es reciente (carbón activado) y una hidratación vigorosa para promover la excreción renal. La hemodiálisis puede ser eficaz para eliminar el alopurinol y su metabolito activo, el oxipurinol, y debe considerarse en casos de sobredosis masiva o en pacientes con insuficiencia renal subyacente.

Almacenamiento

Conservar el medicamento en su envase original, bien cerrado y protegido de la luz y la humedad. Mantener a temperatura ambiente (entre 15°C y 30°C). Mantener fuera del alcance y de la vista de los niños. No utilizar después de la fecha de caducidad impresa en el envase.

Descargo de responsabilidad

Esta información tiene fines educativos y de resumen y no sustituye el consejo médico profesional. El diagnóstico y el tratamiento de las condiciones médicas deben ser realizados por un médico o profesional de la salud calificado. La dosificación y las indicaciones pueden variar según el paciente y la situación clínica específica. Siempre consulte a su médico o farmacéutico antes de iniciar, suspender o modificar cualquier tratamiento. Reporte cualquier efecto adverso a su médico y a la autoridad sanitaria correspondiente.

Reseñas

“Como reumatólogo con más de 20 años de experiencia, el alopurinol sigue siendo el pilar indiscutible en el manejo de la gota crónica. Su eficacia en la reducción de los niveles de urato y la prevención de complicaciones a largo plazo está ampliamente demostrada. La clave está en una dosificación adecuada, el monitoreo del ácido úrico sérico y educar al paciente sobre el riesgo inicial de brotes.” – Dr. Eduardo Mendoza, Reumatología. “Desde el punto de vista de la oncología, es un fármaco indispensable en nuestro arsenal para la profilaxis del síndrome de lisis tumoral. Nos permite administrar quimioterapia de forma más segura a pacientes con tumores de alta carga y sensibilidad.” – Dra. Carolina Vélez, Oncología Médica. “La aparición de reacciones de hipersensibilidad, aunque raras, es un aspecto crítico que todos los prescriptores debemos tener presente. La selección cuidadosa del paciente y la educación sobre los signos de alarma son fundamentales para un uso seguro.” – Dr. Fernando Ruiz, Farmacología Clínica.